Genómica nutricional.
La dieta es un factor ambiental que afecta al estado nutricional y esto se ve reflejado en la incidencia de varias enfermedades. Actualmente, la nutrición y la genética unen esfuerzos y se integran en un área de estudio, la denominada Genómica Nutricional. - Distintas variaciones genéticas condicionan diferencias en los requerimientos nutricionales. - Distintos genotipos contribuyen a la mayor o menor predisposición a sufrir ciertas enfermedades crónicas.
La Genómica nutricional investiga la interacción entre los componentes de los alimentos con el genoma, tanto a nivel molecular, como celular y sistémico, con el objeto de conseguir un mejor conocimiento sobre la personalización de las dietas para prevenir o tratar la enfermedad. El conocimiento de estas interrelaciones entre dieta y genes será fundamental para identificar a aquellas personas que más se beneficien por determinadas intervenciones nutricionales.
Según algunos autores, como Bourges, el estado nutricional es un fenotipo (En biología y ciencias de la salud, se denomina fenotipo a la expresión del genotipo en función de un determinado ambiente) resultado de la interacción entre la información genética de cada persona, su medio físico, biológico, emocional y social. Los factores ambientales involucrados en la homeostasis de los organismos son varios, entre los que destaca la dieta, que influye en la incidencia de enfermedades crónicas comunes. Los alimentos ingeridos tienen miles de sustancias biológicamente activas, muchas de las cuales pueden tener un potencial benéfico para la salud y, en algunos casos especiales, incluso pueden ser deletéreos. De esta manera, la salud o la enfermedad dependen de la interacción entre la genética y el medio, lo que da lugar al fenotipo.
Los referentes de calidad en alimentación han cambiado y las demandas del consumidor cambian de manera acelerada. Mientras que durante el siglo pasado las preocupaciones se centraron primero en asegurar la disponibilidad de alimentos básicos y, posteriormente, en asegurarse que fuesen inocuos, y en nutrición prevenir las enfermedades carenciales, asegurando un suministro adecuado de macronutrientes y componentes esenciales; hoy nuestra sociedad se concentra más en afrontar (y de manera clave a través de la alimentación) las denominadas enfermedades crónicas de nuestro tiempo: enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, varios tipos de cáncer, osteoporosis y enfermedades autoinmunes.
El consumidor en nuestras sociedades desarrolladas, con un crecimiento de la capacidad adquisitiva, no se conforma con exigir que los alimentos sean seguros, que la disponibilidad esté asegurada y que sean inocuos, y no se contentará con lo que tradicionalmente se esperaba de los alimentos (energía, nutrientes para la construcción o renovación de nuestras estructuras corporales, que nos satisfagan el hambre y el placer de comer, su papel en las relaciones sociales y en las tradiciones, que la producción sea respetuosa con el bienestar animal y con el medio ambiente). Además de todo eso, espera que los alimentos le proporcionen más salud y bienestar (alimentos funcionales).
En general, vale la pena notar que la exposición al tabaco o a otras toxinas, o el ejercicio físico, que sabemos que son agentes muy capaces de determinar nuestra salud, son factores que pueden considerarse menores comparados con nuestra exposición continuada a los alimentos a lo largo de toda la vida; los alimentos constituyen el principal factor medioambiental que pone a prueba nuestro organismo.
En nuestro ADN está escrito si vamos a ser rubios o morenos, altos o bajos, pero también el riesgo que tenemos a sufrir determinadas enfermedades. Así, si por nuestros genes hay indicios de las posibles enfermedades que podemos desarrollar, la investigación está de nuestro lado para saber cómo modificar el comportamiento de esos genes a través de algunos alimentos o de unos nutrientes específicos, reduciendo la posibilidad de padecer esas enfermedades. Alimentos como medicamentos.
El conocimiento de la implicación de la genética en la respuesta nutricional es fundamental para entender la nutrición como una vía de prevención y, en algunos casos, tratamiento de determinadas enfermedades complejas como la Enfermedad Cardiovascular (ECV), el Síndrome Metabólico (SM), la Obesidad, la Diabetes o el Cáncer.
Proyecto europeo NUGO.
Europa cuenta con una red de 23 centros de investigación -organismos institucionales, universidades y empresas alimentarias- de 10 países que se han organizado bajo el nombre de 'European Nutrigenomics Organization' (NUGO). Parte de su labor se centra en establecer normas y directrices éticas para la investigación genómica nutricional. Define, asimismo, tres objetivos de investigación fundamentales:
Asociación gen-enfermedad: El objetivo es establecer qué gen o familia de genes están asociados a una mayor incidencia de una determinada enfermedad.
Interacción genes-nutrientes-enfermedad: Una vez identificados los genes 'responsables' de la enfermedad, se estudia la acción de los nutrientes u otros compuestos bioactivos de los alimentos sobre el grado de expresión de esos genes; desde diabetes o enfermedades coronarias a otras con una relación menos evidente como ciertos tipos de cáncer y síndromes neurodegenerativos.
Alimentos diseñados para dietas según el perfil genético: Desarrollo de alimentos y dietas adecuadas para cada situación, las verdaderamente llamadas 'dietas personalizadas' a la medida del perfil genético.
Fuentes de información.
Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria
Eufic
Alimentación, Nutrición y Salud
Eroski consumer
Kelloggs.com
Maika Cano, Evasiondiez.com
La dieta es un factor ambiental que afecta al estado nutricional y esto se ve reflejado en la incidencia de varias enfermedades. Actualmente, la nutrición y la genética unen esfuerzos y se integran en un área de estudio, la denominada Genómica Nutricional. - Distintas variaciones genéticas condicionan diferencias en los requerimientos nutricionales. - Distintos genotipos contribuyen a la mayor o menor predisposición a sufrir ciertas enfermedades crónicas.
La Genómica nutricional investiga la interacción entre los componentes de los alimentos con el genoma, tanto a nivel molecular, como celular y sistémico, con el objeto de conseguir un mejor conocimiento sobre la personalización de las dietas para prevenir o tratar la enfermedad. El conocimiento de estas interrelaciones entre dieta y genes será fundamental para identificar a aquellas personas que más se beneficien por determinadas intervenciones nutricionales.
Según algunos autores, como Bourges, el estado nutricional es un fenotipo (En biología y ciencias de la salud, se denomina fenotipo a la expresión del genotipo en función de un determinado ambiente) resultado de la interacción entre la información genética de cada persona, su medio físico, biológico, emocional y social. Los factores ambientales involucrados en la homeostasis de los organismos son varios, entre los que destaca la dieta, que influye en la incidencia de enfermedades crónicas comunes. Los alimentos ingeridos tienen miles de sustancias biológicamente activas, muchas de las cuales pueden tener un potencial benéfico para la salud y, en algunos casos especiales, incluso pueden ser deletéreos. De esta manera, la salud o la enfermedad dependen de la interacción entre la genética y el medio, lo que da lugar al fenotipo.
Los referentes de calidad en alimentación han cambiado y las demandas del consumidor cambian de manera acelerada. Mientras que durante el siglo pasado las preocupaciones se centraron primero en asegurar la disponibilidad de alimentos básicos y, posteriormente, en asegurarse que fuesen inocuos, y en nutrición prevenir las enfermedades carenciales, asegurando un suministro adecuado de macronutrientes y componentes esenciales; hoy nuestra sociedad se concentra más en afrontar (y de manera clave a través de la alimentación) las denominadas enfermedades crónicas de nuestro tiempo: enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, varios tipos de cáncer, osteoporosis y enfermedades autoinmunes.
El consumidor en nuestras sociedades desarrolladas, con un crecimiento de la capacidad adquisitiva, no se conforma con exigir que los alimentos sean seguros, que la disponibilidad esté asegurada y que sean inocuos, y no se contentará con lo que tradicionalmente se esperaba de los alimentos (energía, nutrientes para la construcción o renovación de nuestras estructuras corporales, que nos satisfagan el hambre y el placer de comer, su papel en las relaciones sociales y en las tradiciones, que la producción sea respetuosa con el bienestar animal y con el medio ambiente). Además de todo eso, espera que los alimentos le proporcionen más salud y bienestar (alimentos funcionales).
En general, vale la pena notar que la exposición al tabaco o a otras toxinas, o el ejercicio físico, que sabemos que son agentes muy capaces de determinar nuestra salud, son factores que pueden considerarse menores comparados con nuestra exposición continuada a los alimentos a lo largo de toda la vida; los alimentos constituyen el principal factor medioambiental que pone a prueba nuestro organismo.
En nuestro ADN está escrito si vamos a ser rubios o morenos, altos o bajos, pero también el riesgo que tenemos a sufrir determinadas enfermedades. Así, si por nuestros genes hay indicios de las posibles enfermedades que podemos desarrollar, la investigación está de nuestro lado para saber cómo modificar el comportamiento de esos genes a través de algunos alimentos o de unos nutrientes específicos, reduciendo la posibilidad de padecer esas enfermedades. Alimentos como medicamentos.
El conocimiento de la implicación de la genética en la respuesta nutricional es fundamental para entender la nutrición como una vía de prevención y, en algunos casos, tratamiento de determinadas enfermedades complejas como la Enfermedad Cardiovascular (ECV), el Síndrome Metabólico (SM), la Obesidad, la Diabetes o el Cáncer.
Proyecto europeo NUGO.
Europa cuenta con una red de 23 centros de investigación -organismos institucionales, universidades y empresas alimentarias- de 10 países que se han organizado bajo el nombre de 'European Nutrigenomics Organization' (NUGO). Parte de su labor se centra en establecer normas y directrices éticas para la investigación genómica nutricional. Define, asimismo, tres objetivos de investigación fundamentales:
Asociación gen-enfermedad: El objetivo es establecer qué gen o familia de genes están asociados a una mayor incidencia de una determinada enfermedad.
Interacción genes-nutrientes-enfermedad: Una vez identificados los genes 'responsables' de la enfermedad, se estudia la acción de los nutrientes u otros compuestos bioactivos de los alimentos sobre el grado de expresión de esos genes; desde diabetes o enfermedades coronarias a otras con una relación menos evidente como ciertos tipos de cáncer y síndromes neurodegenerativos.
Alimentos diseñados para dietas según el perfil genético: Desarrollo de alimentos y dietas adecuadas para cada situación, las verdaderamente llamadas 'dietas personalizadas' a la medida del perfil genético.
Fuentes de información.
Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria
Eufic
Alimentación, Nutrición y Salud
Eroski consumer
Kelloggs.com
Maika Cano, Evasiondiez.com