Probióticos & Prebióticos
El estilo de vida es, entre otros, el responsable del aumento de determinadas enfermedades, sobre todo de las causadas por microorganismos. La falta de actividad física, el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono refinados y grasas, y el escaso aporte de fibra en la dieta son la base de muchas enfermedades actuales.
La dieta consumida hace un millón de años por nuestros antecesores contenía un 50% menos de proteínas, un 75% menos de grasas saturadas y un 90% menos de sodio. El hombre del Paleolítico consumía entre 4 y 10 veces más fruta y fibra que el actual, lo que le aportaba 10 veces más vitaminas y antioxidantes. Pero la más llamativa diferencia con nuestros ancestros es que en su dieta ingerían diáriamente más de 109 bacterias beneficiosas para la salud, entre otras, distintas especies de Lactobacillus. Este aporte de microorganismos beneficiosos para la salud era debido a que estos alimentos, sobre todo vegetales, eran almacenados durante mucho tiempo produciéndose fermentaciones, entre ellas la láctica.
Algunos de estos alimentos se siguen consumiendo en la actualidad como el ogi (Africa), el kenkey (Ghana) y el pozol (Méjico). El consumo de alimentos vegetales fermentados en los países desarrollados está en franco receso, tan sólo en algunos países se consumen sauerkraut y salsa de soja, entre otros. En cambio, el consumo de productos lácteos fermentados está aumentando, siendo los países del Este de Europa los mayores consumidores.
In utero, el ser humano carece de microbiota. Al nacer, el tracto gastrointestinal se coloniza inmediatamente. Hasta la vía de nacimiento (parto o cesárea) y el tipo de alimentación (seno materno o fórmula) ha demostrado producir diferencias en la microbiota intestinal. Los perfiles fecales microbianos del lactante muestran un parecido marcado con los perfiles bacterianos del canal de parto y de la leche materna. Durante la infancia y a lo largo de la vida, la composición microbiana también cambia de acuerdo con la edad y la dieta. En los primeros 2 años de vida, la microbiota está dominada por las bifidobacterias. Posteriormente, la composición microbiana se diversifica y alcanza su máxima complejidad en el adulto, con cientos de filotipos dominados por Bacteroidetes y Firmicutes. Directamente relacionados con estos productos surgen los conceptos de Probiótico y Prebiótico.
Probiótico
Los probióticos son alimentos funcionales que se caracterizan por contener microorganismos vivos, bacterias o levaduras que al ingerirlo, aporta un efecto beneficioso sobre nuestro cuerpo. Sobreviven a una digestión llegando vivas al colon y ayudando a restituir la flora intestinal que pueda haber sido alterada y nos ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico. Es decir, al tomarlo, estamos introduciendo estas especies de bacterias “buenas” que ayudan a combatir las “malas”, a restaurar el equilibrio y prevenir las enfermedades.
El yogur (obtenido de la fermentación de la leche por L. bulgaricus y S. thermophilus) y otros derivados lácteos fermentados son los principales representantes de este grupo, al que también pertenecen algunos vegetales y productos cárnicos fermentados. Los mecanismos por los cuales los probióticos ejercen sus acciones beneficiosas no son bien conocidos, aunque se postulan como los más relevantes la producción de lactasa, la modificación del pH intestinal, la producción de sustancias antimicrobianas, la competición con microrganismos patógenos por sus receptores, lugares de unión y nutrientes precisos para su desarrollo, el estímulo del sistema inmune y la generación de citoquinas.
Prebióticos
Los prebióticos son sustancias procedentes del reino vegetal que pasan por el tracto digestivo sin ser transformados, ya que no disponemos de las enzimas necesarias para ello. Sin embargo, aunque la mayor parte de estas fibras serán eliminadas por el tránsito intestinal, cuando llegan al colon, son fermentadas por las bacterias beneficiosas que constituyen nuestro particular eco-sistema en el colon, beneficiando nuestra salud en distintos aspectos:
· Impiden la proliferación de bacterias patógenas
· Regulan el tránsito intestinal y alivian el estreñimiento
· Favorecen la producción de ácidos grasos de cadena corta (volátiles), que suponen una importante fuente de energía para las células
· Estimulan el sistema inmunológico, inhibiendo el crecimiento de células tumorales
· Favorecen la absorción del calcio, previniendo la aparición de osteoporosis
· Participan en la regulación de los niveles de colesterol y glucosa (diabetes)
· Potencian la actividad de las enzimas del colon
· Ayudan a eliminar sustancias tóxicas
· Favorecen la digestión y metabolismo de algunos nutrientes esenciales
Alimentos prebióticos
Estos son algunos de los alimentos con mayor acción prebiótica:
Fibra alimentaria en general, Soja, Ajo, Cebolla, Puerro, Espárrago, Raíz de achicoria, Germen de trigo, Alcachofa, Plátano, Remolacha, Diente de león.
Fuentes de información
Ferrer Lorente y J. Dalmau Serra
Gabriela Gottau, Vitónica
Miryam Domínguez, VidaNaturalia
A. Sastre Gallego, UNED
M.E. Icaza-Chávez, Gastroenterología, Universidad Anáhuac Mayab
Manuela Belén Silveira Rodríguez, Susana Monereo Megías y Begoña Molina Baena
Domingo Marquina y Antonio Santos
El estilo de vida es, entre otros, el responsable del aumento de determinadas enfermedades, sobre todo de las causadas por microorganismos. La falta de actividad física, el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono refinados y grasas, y el escaso aporte de fibra en la dieta son la base de muchas enfermedades actuales.
La dieta consumida hace un millón de años por nuestros antecesores contenía un 50% menos de proteínas, un 75% menos de grasas saturadas y un 90% menos de sodio. El hombre del Paleolítico consumía entre 4 y 10 veces más fruta y fibra que el actual, lo que le aportaba 10 veces más vitaminas y antioxidantes. Pero la más llamativa diferencia con nuestros ancestros es que en su dieta ingerían diáriamente más de 109 bacterias beneficiosas para la salud, entre otras, distintas especies de Lactobacillus. Este aporte de microorganismos beneficiosos para la salud era debido a que estos alimentos, sobre todo vegetales, eran almacenados durante mucho tiempo produciéndose fermentaciones, entre ellas la láctica.
Algunos de estos alimentos se siguen consumiendo en la actualidad como el ogi (Africa), el kenkey (Ghana) y el pozol (Méjico). El consumo de alimentos vegetales fermentados en los países desarrollados está en franco receso, tan sólo en algunos países se consumen sauerkraut y salsa de soja, entre otros. En cambio, el consumo de productos lácteos fermentados está aumentando, siendo los países del Este de Europa los mayores consumidores.
In utero, el ser humano carece de microbiota. Al nacer, el tracto gastrointestinal se coloniza inmediatamente. Hasta la vía de nacimiento (parto o cesárea) y el tipo de alimentación (seno materno o fórmula) ha demostrado producir diferencias en la microbiota intestinal. Los perfiles fecales microbianos del lactante muestran un parecido marcado con los perfiles bacterianos del canal de parto y de la leche materna. Durante la infancia y a lo largo de la vida, la composición microbiana también cambia de acuerdo con la edad y la dieta. En los primeros 2 años de vida, la microbiota está dominada por las bifidobacterias. Posteriormente, la composición microbiana se diversifica y alcanza su máxima complejidad en el adulto, con cientos de filotipos dominados por Bacteroidetes y Firmicutes. Directamente relacionados con estos productos surgen los conceptos de Probiótico y Prebiótico.
Probiótico
Los probióticos son alimentos funcionales que se caracterizan por contener microorganismos vivos, bacterias o levaduras que al ingerirlo, aporta un efecto beneficioso sobre nuestro cuerpo. Sobreviven a una digestión llegando vivas al colon y ayudando a restituir la flora intestinal que pueda haber sido alterada y nos ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico. Es decir, al tomarlo, estamos introduciendo estas especies de bacterias “buenas” que ayudan a combatir las “malas”, a restaurar el equilibrio y prevenir las enfermedades.
El yogur (obtenido de la fermentación de la leche por L. bulgaricus y S. thermophilus) y otros derivados lácteos fermentados son los principales representantes de este grupo, al que también pertenecen algunos vegetales y productos cárnicos fermentados. Los mecanismos por los cuales los probióticos ejercen sus acciones beneficiosas no son bien conocidos, aunque se postulan como los más relevantes la producción de lactasa, la modificación del pH intestinal, la producción de sustancias antimicrobianas, la competición con microrganismos patógenos por sus receptores, lugares de unión y nutrientes precisos para su desarrollo, el estímulo del sistema inmune y la generación de citoquinas.
Prebióticos
Los prebióticos son sustancias procedentes del reino vegetal que pasan por el tracto digestivo sin ser transformados, ya que no disponemos de las enzimas necesarias para ello. Sin embargo, aunque la mayor parte de estas fibras serán eliminadas por el tránsito intestinal, cuando llegan al colon, son fermentadas por las bacterias beneficiosas que constituyen nuestro particular eco-sistema en el colon, beneficiando nuestra salud en distintos aspectos:
· Impiden la proliferación de bacterias patógenas
· Regulan el tránsito intestinal y alivian el estreñimiento
· Favorecen la producción de ácidos grasos de cadena corta (volátiles), que suponen una importante fuente de energía para las células
· Estimulan el sistema inmunológico, inhibiendo el crecimiento de células tumorales
· Favorecen la absorción del calcio, previniendo la aparición de osteoporosis
· Participan en la regulación de los niveles de colesterol y glucosa (diabetes)
· Potencian la actividad de las enzimas del colon
· Ayudan a eliminar sustancias tóxicas
· Favorecen la digestión y metabolismo de algunos nutrientes esenciales
Alimentos prebióticos
Estos son algunos de los alimentos con mayor acción prebiótica:
Fibra alimentaria en general, Soja, Ajo, Cebolla, Puerro, Espárrago, Raíz de achicoria, Germen de trigo, Alcachofa, Plátano, Remolacha, Diente de león.
Fuentes de información
Ferrer Lorente y J. Dalmau Serra
Gabriela Gottau, Vitónica
Miryam Domínguez, VidaNaturalia
A. Sastre Gallego, UNED
M.E. Icaza-Chávez, Gastroenterología, Universidad Anáhuac Mayab
Manuela Belén Silveira Rodríguez, Susana Monereo Megías y Begoña Molina Baena
Domingo Marquina y Antonio Santos