Edad biologica, edad psicologica, edad social, longevidad. No necesariamente han de coincidir con el tiempo. Se puede tener una edad cronológica de 72 años, una edad psicológica de 42 y una edad social de 65.
Edad cronologica: Es la que va desde el nacimiento hasta la edad actual de la persona. Definición referencial y arbitraria de vejez.
Edad biologica: Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas.
Edad psicologica: Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivas-valorativas del presente, pasado y futuro, así como de crecimiento personal.
Edad social: Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenecen y la utilidad social. Estimación que varia según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio", "viejo-inutil". Hay autoras, como Rocío Fernández Ballesteros, que les gusta más hablar de "edad funcional" en base a criterios de salud frente a edad cronológica de referencia socio-demografica.
Edad funcional: Se define a través del nivel de competencia conductual de un determinado anciano. Relación entre nutrición, salud y longevidad: Actualmente existe un consenso entre los investigadores científicos, el organismo del ser humano, ha sido dotado por la naturaleza con la capacidad para mantenerse sano y activo durante aproximadamente 120 años. De acuerdo con esta creencia, estamos genéticamente programados para vivir con salud, vigor y elevada calidad de vida alrededor de 120 años. Entonces, ¿por qué una proporción importante de la población vive cansada, frustrada, enferma, discapacitada y con síntomas y molestias que merman de manera importante su calidad de vida?, ¿por qué actualmente padecemos una pandemia de sobrepeso, obesidad y todo tipo de enfermedades degenerativas que se distribuyen homogéneamente entre todo tipo de poblaciones y alcanzan progresivamente a segmentos más jóvenes y a niños?
El hombre ha sido dotado con un armonioso conjunto de complejos y delicados mecanismos bioquímicos que le permiten auto regenerarse y renovar constantemente sus moléculas, células y tejidos dañados y desgastados por los diversos factores ambientales, para vivir con salud y alcanzar la longevidad programada en sus genes. La degradación del medio ambiente y la alimentación está conduciendo al hombre por un camino de involución biológica, enfermedad, discapacidad, disminución de su calidad de vida, envejecimiento y muerte prematura. Este proceso de involución, inclusive, le está haciendo perder características anatómicas propias de su especie.
¿Quieres saber tu edad? Consulta a tus carótidas:
La edad contribuye a que nuestras arterias se engrosen y se endurezcan. Según la genética o los hábitos de vida, este envejecimiento puede ser más o menos rápido. Por eso los especialistas hablan de edad biológica, que no siempre coincide con la edad cronológica. “Si observamos una pared arterial de un grosor determinado que está por debajo de lo que le correspondería por edad, esa persona biológicamente es más joven que lo que le indica su fecha de nacimiento, y viceversa”. Si alguien quiere saber su edad de verdad, puede “tirar el carnet de identidad y hacerse una ecografía carotídea”.
La ecografía carotídea frenará las patologías cardiovasculares como la mamografía lo ha hecho con el cáncer de mama. La obstrucción de las arterias por placas de grasa, llamadas ateromatosas, constituye la causa principal de los eventos cardiovasculares y, sin embargo, su detección no se produce en la mayoría de los casos hasta que no hay una enfermedad con sintomatología asociada. Hasta el momento, el riesgo cardiovascular se ha medido con fórmulas matemáticas en base a la estimación del riesgo, pero seis de cada diez pacientes que tienen un ictus o una angina de pecho presentan sólo uno de los factores de riesgo clásicos. Esto justifica la importancia que una técnica sencilla, sin grandes costes y eficaz para determinar el estado de las arterias de cualquier persona podría tener.
Ésta es la apuesta que hace la Unidad de Detección y Tratamiento de Enfermedades Aterotrombóticas del Servicio de Nefrología del Hospital Arnau de Vilanova en Lleida, que utiliza como método de diagnóstico precoz de enfermedades cardiovasculares la ecografía carotídea, una técnica de imagen que permite determinar con exactitud, de forma indolora y no invasiva, en qué estado se encuentra la salud arterial del paciente.
En la actualidad se detecta el deterioro prematuro de las arterias mediante la mecánica vascular, que incluye la evaluación de la rigidez, el grosor de las paredes arteriales, la función de sus tejidos y la detección de placas de ateroma, mediante técnicas como la ecografía Doppler aplicadas a las arterias carótida y femoral "Esta técnica permitirá frenar el avance de la prevalencia de estas patologías en la población general y en otras de alto riesgo como los diabéticos y enfermos renales, de la misma forma que la mamografía ha logrado atenuar en los últimos años el cáncer de mama".
De este modo, esta prueba permite visualizar las carótidas, unas arterias que van al cerebro, están cerca del corazón y son muy proclives a desarrollar depósitos grasos, por lo que, en caso de detectarlos, es probable que también los haya en las coronarias, las arterias que irrigan sangre al corazón.
Sin embargo, son pocos los centros donde se realiza esta prueba, por lo que la unidad pretende que este modelo se traslade a otros ámbitos, como los gestores sanitarios y los médicos de primaria. Y es que, conociendo la predisposición de la persona a padecer eventos cardiovasculares, se podrían determinar las indicaciones más adecuadas para evitarlos, tales como los niveles óptimos de colesterol y tensión arterial, peso ideal o ejercicio que conviene a cada individuo.
La carencia más importante del sistema convencional de salud es su orientación primordial de actuación sintomática con ausencia total de esquemas de actuación preventiva de procesos degenerativos.
Estamos inmersos en una medicina dirigida exclusivamente a la patología. Y la arteriosclerosis define perfectamente este dilema. Como muestra, un botón: para que una arteria coronaria dé síntomas de insuficiencia, su calibre tiene que haberse reducido en un 65%. Es decir, hay un proceso silente de muchos años en los que la actuación terapéutica sería mucho más eficaz y la regresión de unas lesiones incipientes una realidad posible.
Por sus consecuencias directas y su participación en la mayoría de los procesos patológicos degenerativos, la arteriosclerosis es el principal factor de mortalidad y pérdida de calidad de vida. Por tanto, evitar la arteriosclerosis supone evitar padecer todas las enfermedades cardiovasculares... además de lograr envejecer más lentamente y con mayor calidad de vida. Es decir, que el antiguo aforismo de que “tenemos la edad de nuestras arterias” sigue hoy tan vigente como ayer.
Sin circulación no hay vida; y sin buena circulación no hay salud. Esta es la pauta rey de la patología, el común denominador que presiden todos los procesos degenerativos que hoy padecemos. Entramos en la recta final de nuestra vida cuando los sistemas enzimáticos, auténticos sostenedores de la existencia, comienzan a fallar. Si admitimos el incuestionable hecho de que todo cuanto llega a la célula para su metabolismo ha de ser vehiculado por la sangre, tendremos que aceptar la importancia de un adecuado sistema de suministro a través de un árbol arterial libre y permeable.
Bibliografía fuente de la información.
Fernández-Abascal EG. Hipertensión.
Martínez F, Fernández J. Emoción y salud.
Carretero,M., Palacios,J. y Marches.
Álvarez B, de Rivas B, Martell N, Luque M.
Fundación Eroski
Edad cronologica: Es la que va desde el nacimiento hasta la edad actual de la persona. Definición referencial y arbitraria de vejez.
Edad biologica: Tiene en cuenta los cambios físicos y biológicos que se van produciendo en las estructuras celulares, de tejidos, órganos y sistemas.
Edad psicologica: Define a la vejez en función de los cambios cognitivos, afectivos y de personalidad a lo largo del ciclo vital. El crecimiento psicológico no cesa en el proceso de envejecimiento (capacidad de aprendizaje, rendimiento intelectual, creatividad, modificaciones afectivas-valorativas del presente, pasado y futuro, así como de crecimiento personal.
Edad social: Suele medirse por la capacidad de contribuir al trabajo, la protección del grupo o grupos a que pertenecen y la utilidad social. Estimación que varia según las sociedades, sus leyes, valoraciones, prejuicios y estereotipos, oscilando entre los extremos del continuo "viejo-sabio", "viejo-inutil". Hay autoras, como Rocío Fernández Ballesteros, que les gusta más hablar de "edad funcional" en base a criterios de salud frente a edad cronológica de referencia socio-demografica.
Edad funcional: Se define a través del nivel de competencia conductual de un determinado anciano. Relación entre nutrición, salud y longevidad: Actualmente existe un consenso entre los investigadores científicos, el organismo del ser humano, ha sido dotado por la naturaleza con la capacidad para mantenerse sano y activo durante aproximadamente 120 años. De acuerdo con esta creencia, estamos genéticamente programados para vivir con salud, vigor y elevada calidad de vida alrededor de 120 años. Entonces, ¿por qué una proporción importante de la población vive cansada, frustrada, enferma, discapacitada y con síntomas y molestias que merman de manera importante su calidad de vida?, ¿por qué actualmente padecemos una pandemia de sobrepeso, obesidad y todo tipo de enfermedades degenerativas que se distribuyen homogéneamente entre todo tipo de poblaciones y alcanzan progresivamente a segmentos más jóvenes y a niños?
El hombre ha sido dotado con un armonioso conjunto de complejos y delicados mecanismos bioquímicos que le permiten auto regenerarse y renovar constantemente sus moléculas, células y tejidos dañados y desgastados por los diversos factores ambientales, para vivir con salud y alcanzar la longevidad programada en sus genes. La degradación del medio ambiente y la alimentación está conduciendo al hombre por un camino de involución biológica, enfermedad, discapacidad, disminución de su calidad de vida, envejecimiento y muerte prematura. Este proceso de involución, inclusive, le está haciendo perder características anatómicas propias de su especie.
¿Quieres saber tu edad? Consulta a tus carótidas:
La edad contribuye a que nuestras arterias se engrosen y se endurezcan. Según la genética o los hábitos de vida, este envejecimiento puede ser más o menos rápido. Por eso los especialistas hablan de edad biológica, que no siempre coincide con la edad cronológica. “Si observamos una pared arterial de un grosor determinado que está por debajo de lo que le correspondería por edad, esa persona biológicamente es más joven que lo que le indica su fecha de nacimiento, y viceversa”. Si alguien quiere saber su edad de verdad, puede “tirar el carnet de identidad y hacerse una ecografía carotídea”.
La ecografía carotídea frenará las patologías cardiovasculares como la mamografía lo ha hecho con el cáncer de mama. La obstrucción de las arterias por placas de grasa, llamadas ateromatosas, constituye la causa principal de los eventos cardiovasculares y, sin embargo, su detección no se produce en la mayoría de los casos hasta que no hay una enfermedad con sintomatología asociada. Hasta el momento, el riesgo cardiovascular se ha medido con fórmulas matemáticas en base a la estimación del riesgo, pero seis de cada diez pacientes que tienen un ictus o una angina de pecho presentan sólo uno de los factores de riesgo clásicos. Esto justifica la importancia que una técnica sencilla, sin grandes costes y eficaz para determinar el estado de las arterias de cualquier persona podría tener.
Ésta es la apuesta que hace la Unidad de Detección y Tratamiento de Enfermedades Aterotrombóticas del Servicio de Nefrología del Hospital Arnau de Vilanova en Lleida, que utiliza como método de diagnóstico precoz de enfermedades cardiovasculares la ecografía carotídea, una técnica de imagen que permite determinar con exactitud, de forma indolora y no invasiva, en qué estado se encuentra la salud arterial del paciente.
En la actualidad se detecta el deterioro prematuro de las arterias mediante la mecánica vascular, que incluye la evaluación de la rigidez, el grosor de las paredes arteriales, la función de sus tejidos y la detección de placas de ateroma, mediante técnicas como la ecografía Doppler aplicadas a las arterias carótida y femoral "Esta técnica permitirá frenar el avance de la prevalencia de estas patologías en la población general y en otras de alto riesgo como los diabéticos y enfermos renales, de la misma forma que la mamografía ha logrado atenuar en los últimos años el cáncer de mama".
De este modo, esta prueba permite visualizar las carótidas, unas arterias que van al cerebro, están cerca del corazón y son muy proclives a desarrollar depósitos grasos, por lo que, en caso de detectarlos, es probable que también los haya en las coronarias, las arterias que irrigan sangre al corazón.
Sin embargo, son pocos los centros donde se realiza esta prueba, por lo que la unidad pretende que este modelo se traslade a otros ámbitos, como los gestores sanitarios y los médicos de primaria. Y es que, conociendo la predisposición de la persona a padecer eventos cardiovasculares, se podrían determinar las indicaciones más adecuadas para evitarlos, tales como los niveles óptimos de colesterol y tensión arterial, peso ideal o ejercicio que conviene a cada individuo.
La carencia más importante del sistema convencional de salud es su orientación primordial de actuación sintomática con ausencia total de esquemas de actuación preventiva de procesos degenerativos.
Estamos inmersos en una medicina dirigida exclusivamente a la patología. Y la arteriosclerosis define perfectamente este dilema. Como muestra, un botón: para que una arteria coronaria dé síntomas de insuficiencia, su calibre tiene que haberse reducido en un 65%. Es decir, hay un proceso silente de muchos años en los que la actuación terapéutica sería mucho más eficaz y la regresión de unas lesiones incipientes una realidad posible.
Por sus consecuencias directas y su participación en la mayoría de los procesos patológicos degenerativos, la arteriosclerosis es el principal factor de mortalidad y pérdida de calidad de vida. Por tanto, evitar la arteriosclerosis supone evitar padecer todas las enfermedades cardiovasculares... además de lograr envejecer más lentamente y con mayor calidad de vida. Es decir, que el antiguo aforismo de que “tenemos la edad de nuestras arterias” sigue hoy tan vigente como ayer.
Sin circulación no hay vida; y sin buena circulación no hay salud. Esta es la pauta rey de la patología, el común denominador que presiden todos los procesos degenerativos que hoy padecemos. Entramos en la recta final de nuestra vida cuando los sistemas enzimáticos, auténticos sostenedores de la existencia, comienzan a fallar. Si admitimos el incuestionable hecho de que todo cuanto llega a la célula para su metabolismo ha de ser vehiculado por la sangre, tendremos que aceptar la importancia de un adecuado sistema de suministro a través de un árbol arterial libre y permeable.
Bibliografía fuente de la información.
Fernández-Abascal EG. Hipertensión.
Martínez F, Fernández J. Emoción y salud.
Carretero,M., Palacios,J. y Marches.
Álvarez B, de Rivas B, Martell N, Luque M.
Fundación Eroski